Wednesday, October 25, 2006

Y VIENES HOMBRE.




Te levanto noche de mi vida.
Hilvano un collar de estrellas para tus sienes.
Te visto con mi agua, pero tú no me tienes.
Cuando llego yo, tan sólo soy la despedida.

Se desangra tu aliento como una herida
por el largo secreto del que vienes.
Te pareces al viento y no te detienes
al ver este rostro de nube estremecida.

Pero tú bien sabes lo que yo soy:
esa pobre que te pide algún beso que te sobre.

No me quieras llevar a tu desvelo,
porque ya casi ni miro al cielo,
me aburro de la prosa y del canto.

Lo aprendí bien una noche de azul tormento,
bajo esa luna abierta encaramada
como una estrella de luz, en la portada
sonámbula oficial de nuestro firmamento.

Eso lo aprendi aquella noche .. o tal vez otras.
De su acento salió una caricia inusitada
y en la esquina tenaz de su mirada
me tropecé desnuda con el viento.

Desde entonces va anunciando cada cosa
que voy tirando a mis pies, como esa rosa
que el corazón absorto en que siempre vivía.

Y ahora no se si quiera si fue por eso me persiste
este alegre dolor de ser aún si cabe, más triste
y con el que aún sigo durando a duras penas todavía.

Mi corazón río de vértigo y remanso,
este corazón tan difícil como un nudo
se escapó una tarde en que no pudo
cuidarse de este latido que a ti te alcanzó.

Porque llegaste al aire en que me canso,
amaneciendo una y otra vez mi dolor desnudo,
te quiero así: como ese amarillo mudo,
inútilmente así y hasta el tiempo manso.

Me trajeron tan lacia y parecida
a una estatua de carne arrepentida,
que apoyada a la izquierda de tu nombre,
me voy haciendo lentamente trizas.

Desde esta soledad casi sonora,
cada noche estudio para que la aurora
te traiga de nuevo a mí... y vienes... hombre.

No comments: