Si tus ojos fueran
como estrellas de mil colores,
desearía que la noche fuera eterna.
Si tus brazos fueran como cadenas de hierro
pediría ser atada a una roca en el mar.
Si tus labios fueran como los rayos del sol
no me importaría que mis huesos en cenizas quedaran.
Si la suavidad de tu piel fuera como el viento
quisiera estar por siempre en el ojo del huracán.
Si fuera así...
no me importaría entonces, morír por ti.
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Me pasaría la vida contemplándote,
estudiando de ti cada detalle
y dando gracias a Dios porque el azar me concediera la suerte
de conocerte.
Desde el punto más alto del cielo,
pintaré con las nubes tu nombre
y a mi Dios rogaré prique el viento
las empuje hacia ti y te digan... mi... te quiero.
Mujer que miras y callas,
mujer que callando miras
y luego giras la cara,
perdona si mi sonrisa
no era la que tú buscabas.
Si pudiera escoger un instante
del pasado y volverlo a vivir,
tomaría el precios momento
en que por primera vez te vi.
Quiero estar en el bolsillo
de la mujer más hermosa,
concederle sus caprichos
y consolarla, si llora.
Tú dices, que el amor nunca es eterno,
yo digo que tú estás equivocada,
pues como puede haber final en algo...
que da todo por nada.
Se fue durmiendo en el alma
como duerme la belleza,
aquella ilusión extraña,
aquella ilusión primera.
Me pasaría la vida contemplándote,
estudiando de ti cada detalle, sí
y dando gracias eternamente a Dios
por concederme la suerte de tenerte.
La flor de mis anhelos
es un inflorescencia
de pétalos ficticios,
de vidas incompletas.
No he vuelto a saber de ti,
supongo que te irá muy bien,
pero quisiera saber
si quieres saber de mi,
como yo de ti mujer.
Dieron las doce anoche y no dormía,
dieron las dos y aún lloraba,
dieron las tres y odié mi vida
por haber perdido tu mirada.
Cuando el niño tiene sed
debe de beber despacio
pues se puede atragantar
con sólo beber un pequeño trago.
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