Estoy sola,
pero siento la presencia de miles de personas,
me acompañan con vago andar acechándome
entre las penumbras para ser guías fieles
de mi andar pesado.
Ni diviso luz, pero no me ciega,
mi cuerpo tiembla,
mis uñas se quiebran,
mi lengua se seca y mis palabras...
se tornan el himno mágico de adoración eterna.
Pero, sobretodo,sigo,
porque tengo que llegar,ante un espejo,
quiero verme realmente,
quiero ver lo imperfecta que soy,
lo que me he convertido ante tanto fallar
porque esta careta ya me pesa,
la dejaré y sé seguro, que me asustaré...
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