Llevo siempre en mi
el peso angustioso de tener
que hablar aún sin querer de ti.
Pero deseo dejar plasmadas en letras,
lo que tú significaste para mí.
Espero que algún día mis lágrimas
sean de felicidad y que pare este dolor,
porque cansada estoy de escuchar
como me llora la intensa tristeza.
LLevo en mi
el sabor amargo que me dejó tu alejamiento.
Quedé atrapada en el laberinto
de mi melancolía encogida en mi pena,
así espero sumisa, que transcurra el día.
Una ilusión truncada,
un alma desgarrada, leña y fuego
que se convirtieron en hielo,
un amor convertido luego en cenizas.
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