Era de noche
y antes de que me venciera el sueño,
tu nombre en un suspiro venció a mis labios.
y antes de que me venciera el sueño,
tu nombre en un suspiro venció a mis labios.
Y apagué la luz,
porque en la oscuridad me siento iluminada,
para buscarte con los ojos ciegos de motivos.
porque en la oscuridad me siento iluminada,
para buscarte con los ojos ciegos de motivos.
Es un camino de ida y vuelta hasta tu casa.
Muchas horas de viaje, muchos los sueños
y ni uno, ni uno es cierto.
y ni uno, ni uno es cierto.
Qué incrédula la noche
que pretende vaciarme los motivos
que pretende vaciarme los motivos
de mis horas de sueño.
“Simplemente descanso” le discuto,
y la noche no hace más que descansar
tranquila sobre mi lecho,
y la noche no hace más que descansar
tranquila sobre mi lecho,
mientras yo te busco; incansable.
Y llegó la mañana
y en el séptimo sueño,
desperté abrazada a la almohada.
y en el séptimo sueño,
desperté abrazada a la almohada.
Qué curioso, ¿verdad?
tu rastro que sólo deja huellas invisibles,
qué castigo tu ausencia para mi mente clara.
tu rastro que sólo deja huellas invisibles,
qué castigo tu ausencia para mi mente clara.
Así que saludé al sol,
llamándole por tu nombre.
Él escondió tras las persianas una sonrisa cómplice.
Debe saber, lo mucho que te extraño...
llamándole por tu nombre.
Él escondió tras las persianas una sonrisa cómplice.
Debe saber, lo mucho que te extraño...
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